El mapalé es un ritmo afrocolombiano de danza que te invita a disfrutar de la fiesta, el jolgorio y el disfrute. Se caracteriza por su gran fuerza escénica, con pasos cortos, un ritmo acelerado y un constante palmoteo. Surgió en la Costa Caribe colombiana como resultado de la influencia de los esclavos africanos traídos durante la época colonial. Estos esclavos escapaban de sus captores y fundaban comunidades conocidas como palenques, como el famoso Palenque de San Basilio.
El mapalé se practicaba principalmente durante las noches, cuando los negros cimarrones en los palenques terminaban su jornada del día. La danza comienza con dos filas, hombres y mujeres, enfrentándose entre sí. Los hombres realizan figuras de exhibición libres e individuales con el propósito de agradar a sus parejas, quienes se turnan para corresponder. El ritmo del baile es muy rápido y termina en un frenesí, con movimientos de la pelvis que se van impulsando en las piernas abiertas de los bailarines, arrastrando los pies al compás de la percusión. Los movimientos de las mujeres son más eróticos, añadiendo un toque de sensualidad a la danza.
El mapalé representa un encuentro erótico entre hombres y mujeres, cargado de sobreactuación y gestualidad. El ritmo acelerado y los movimientos bruscos e inesperados contribuyen a la energía y la intensidad de la danza. En cuanto al vestuario, las mujeres visten faldas cortas con flecos y adornos, mientras que los hombres llevan pantalones hasta los tobillos con flecos y el torso desnudo.
El mapalé es una expresión artística y cultural que refleja la herencia africana en la música y la danza de la Costa Caribe colombiana. Su ritmo enérgico, movimientos rápidos y sensuales, y vestuario llamativo hacen del mapalé una experiencia vibrante y llena de vida.
