La devoción por San José en San Antero se remonta alrededor del año 1700, cuando una mujer española llamada Catalina Ruíz de Vega residía en el lugar. Catalina, una ferviente católica, rezaba la novena en honor a San José todos los 19 de marzo. Cada año, convocaba a sus sirvientes y a la comunidad creyente para unirse en la celebración de la fe en el santo. Con el paso del tiempo, esta devoción se fue promoviendo y arraigando en la región.
La iglesia de San José, construida de manera arcaica en el año 1900 según cuentan las personas de la zona, es un lugar central de la fe en San Antero. Su campana fue donada por extranjeros que llegaron en un barco desde Holanda (Países Bajos), lo que resalta la historia multicultural y la conexión con otras regiones del mundo.
Ubicada en el parque principal de Sibundoy, la iglesia de San José tiene una arquitectura destacada. Cuenta con una torre principal que ostenta una cúpula, así como dos capillas más pequeñas. En su interior, se sostiene por doce columnas centrales que dan un aspecto imponente al lugar de culto. En el altar mayor se encuentra la imagen de Jesús crucificado, la virgen María, San José y otros santos venerados, como San Nicolás de Bari y el Divino Niño.
La iglesia de San José se convierte así en un espacio sagrado para la comunidad de San Antero, donde los fieles se reúnen para rendir homenaje a San José y a otros santos, fortaleciendo su fe y celebrando la tradición religiosa que ha perdurado a lo largo del tiempo en esta región.