San Nicolás de Barí es un encantador pueblo que conserva una gran tradición y cultura arraigada en su historia. La mayoría de las casas en este pueblo están construidas con bareque, un material tradicional compuesto por barro y caña brava, y cuentan con techos de palma. Estas construcciones reflejan la autenticidad y el estilo arquitectónico propio de la región.
La iglesia del pueblo es un punto destacado, con la venerada imagen de San Nicolás y la Virgen de la Candelaria. Estas imágenes religiosas tienen una gran importancia para la comunidad y son símbolos de devoción y fe. Además, la iglesia alberga un Cristo que fue traído por los españoles durante la época de la colonia, y una antigua campana marcada especialmente para San Nicolás con una fecha que remonta al año 1794. Estos elementos históricos son testimonios valiosos de la herencia cultural y religiosa del pueblo.
San Nicolás de Barí también es reconocido por su riqueza arqueológica. La comunidad local ha conservado y catalogado diversos hallazgos arqueológicos que se encuentran resguardados en vitrinas. Estos objetos son evidencia tangible de las antiguas culturas que habitaron la zona y brindan un vistazo fascinante al pasado de la región.
Una de las tradiciones más destacadas en San Nicolás de Barí es la artesanía elaborada a partir de la hoja de enea, una planta que crece en los humedales de la región. Esta tradición artesanal, que ha perdurado durante más de 400 años, se manifiesta en la elaboración de esteras y petates, productos emblemáticos del pueblo. Con el paso del tiempo, la habilidad de los artesanos se ha perfeccionado y diversificado, y en la actualidad se producen bolsos y carteras que son comercializados tanto dentro como fuera del municipio.
En conclusión, San Nicolás de Barí es un pueblo lleno de historia, tradición y cultura. Desde sus casas de bareque y techos de palma hasta la venerada iglesia y las valiosas artesanías de hoja de enea, este lugar refleja la identidad y el legado de sus habitantes. Es un destino que invita a sumergirse en la autenticidad de la vida rural y a disfrutar de la riqueza cultural que lo caracteriza.
