La pintoresca Playa de Altos de Julio se distingue por la presencia imponente de un frondoso árbol de laurel que se aferra al suelo seco y rocoso, brindando una sombra refrescante y un punto de referencia visual único. Esta playa pertenece a un encantador pueblo de pescadores del mismo nombre, lo que explica la presencia de botes que se encuentran dispersos a lo largo de la costa. Algunos de estos botes están cubiertos por pequeños cobertizos construidos con madera y palma, conocidos como "ranchas", que ofrecen protección contra el sol y el viento.
La arena de la playa es de tonalidad blanca y gruesa, con un origen calcáreo que le confiere una textura distintiva. Con una longitud de aproximadamente 80 metros, esta playa se encuentra rodeada de exuberante vegetación nativa, donde destacan las palmas de coco, los almendros y los cauchos, que añaden un toque tropical al paisaje. Además, la presencia del mangle zaragoza y la uvita de playa enriquecen la diversidad de especies presentes en el entorno.
La Playa de Altos de Julio ofrece un escenario tranquilo y sereno, ideal para disfrutar de momentos de relajación y contacto con la naturaleza. Tanto los residentes locales como los visitantes pueden deleitarse con la belleza de sus alrededores, respirar el aire marino y disfrutar de la brisa fresca que acaricia la costa. Ya sea explorando la orilla, tomando el sol o simplemente contemplando el paisaje, esta playa invita a conectar con la tranquilidad y la belleza natural que la rodea.
Playa de Altos de Julio es un tesoro costero que combina la presencia imponente de un árbol de laurel con la actividad de un pueblo de pescadores. Con su arena blanca y gruesa, su vegetación exuberante y sus botes pintorescos, esta playa ofrece un entorno encantador y sereno para aquellos que buscan disfrutar de la belleza natural y la autenticidad de la vida costera.